¿Se cumple una “premonición” de Terminator II?[
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alt="Premoniciones adhesivas, pendrives destructores, la mensajería del futuro, contraseñas por encargo y los emojis de Facebook"
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Seguro que no has olvidado lo impresionante que resultaba en esta película, la pelea entre el androide interpretado por Arnold Schwarzenegger y el avanzado T-1000, que parecía indestructible al poder “autorepararse” para continuar en la batalla con el T-800 CSM-101. ¿Y se te dijera que ya no sólo en el universo fílmico es posible observar algo así, sino también en la vida real?
Se trata de una nueva resina transparente, extremadamente flexible, que tiene la capacidad de repararse a sí misma, sin importar que la separes a palazos o la cortes con tijeras en cuantas partes quieras, pues al poner en contacto cada parte de este polímero durante 10 a 15 segundos, puede volver a unirse en un solo fragmento. ¡Ah! Y el proceso puede repetirse una y otra vez sin dejar de resultar efectivo.
Este material elastométrico y con memoria de forma, depende de un proceso físico y no químico para reajustarse automáticamente, por lo cual no pierde sus propiedades originales, sin importar el modo en que sea separado. La creación, que ya fue patentada, ocurrió en el laboratorio de Adhesión y Adhesivos de la Universidad de Alicante, en España, por parte del catedrático de Química Inorgánica José Miguel Martín, el ingeniero químico e industrial José Antonio Jofre y el químico Andrés Jesús Yáñez.
En cuanto a sus aplicaciones, resultan innumerables, ya que esperan que pueda incorporarse a productos industriales textiles, médicos, cosméticos, automotrices e incluso aeroespaciales, ya que aunque se han diseñado materiales similares en Estados Unidos, no se había encontrado una que reuniera todas estas posibilidades, que además pueden producirse en medios fluidos.
Inserte el Pendrive y corra
Cada vez que veo una película donde algún agente secreto destruye una computadora con sólo tocarla-hackearla-insertarle algo me quedo con la curiosidad de cómo lo habrá hecho.
Un hacker ruso me sacó de la oscuridad con un pendrive diseñado para destruir cualquier ordenador.
El pana, en vez de hacer un software muy especializado, se construyó un juguetico que a base de condensadores y resistencias puede destruir cualquier computador con sólo ser insertado en el puerto USB. Se me ocurren algunos usos que van desde materias de seguridad nacional, hasta cónyuges nerviosos por alguna auditoría matrimonial inesperada. ¿Y a ti se te ocurre alguno?
El futuro de las apps de mensajería
He venido observando la evolución de las empresas de mensajería especializada, del tipo Slack, o Inbox de Facebook y algo me dice que esta línea de desarrollo está en un inicio similar y comparable con el éxito que tuvo al comienzo de los 90’ la empresa Netscape. Para los que estuvimos en las etapas tempranas del desarrollo del Internet recordamos cómo el navegador Netscape permitió a las empresas disponer de un canal unificado de comunicación aprovechando el poder del estándar HTML.
Quiero entonces presentar a Pypestream, una aplicación de mensajería donde las empresas pueden crear cuentas para conectarte con los consumidores. Cada cuenta incluye diferentes “Pypes” (Tuberías), que representan diferentes tipos de comunicación – por ejemplo, un minorista puede crear un Pype de atención al cliente, uno para las devoluciones, una para ofertas, uno para las noticias y así sucesivamente.
Si quieres algo de la empresa, al dejar Pypes “abiertas”, estas optando por recibir ciertos tipos de comunicación, tales como alertas. Dicho de otra forma, una empresa puede enviar un mensaje general y los receptores pueden responder de forma individual, manteniendo la conversación privada.
De esta forma, se simplifica la vida de la empresa y sin necesidad que tenga una app propia, evitando que los usuarios se llenen de miles de estas en su móvil. Se dispone de una sola app de mensajería general que canaliza todas las comunicaciones y las organiza, haciendo más usable y respetuosa la interacción.
La niña que vende contraseñas seguras
Todos encontramos tedioso tener que crear una contraseña que responda al mensaje “Crear Contraseña segura de mínimo 8 dígitos que contenga Letras, Números y una mayúscula”. Pues bien alguien la puede generar por ti, una emprendedora de tan solo 11 años, encontró la forma de ganar dinero generando contraseñas seguras a tan solo 3 dólares.
Mira Modi, genera las claves en base al sistema Diceware, desarrollado por Arnold G. Reinhold. La entusiasta niña aseguró en una entrevista que las claves son fáciles de recordar pero robustas y complicadas de descifrar para los amigos de lo ajeno, que acechan en la web.
¿Cómo lo Hace? El proceso lo inicia lanzando un Dado de seis caras cinco veces y anota cada uno de los resultados, posteriormente consulta el listado Diceware compuesto de 7.776 palabras cortas. Al lado de cada palabra hay un número de cinco dígitos, y cada dígito oscila entre 1 y 6. Busca la correspondencia entre la secuencia numérica y el listado hasta generar una frase. La pequeña genera contraseñas tras la combinación de seis palabras que envía por correo ordinario de manera confidencial y que nadie puede abrir sin una orden de registro.
En su Portal Web se puede solicitar la contraseña y estas pueden ser largas o cortas, según lo que el cliente desea. Se tarda unos diez minutos para cada contraseña generada. De momento el servicio está disponible sólo en Estados Unidos.
Los emojis de Facebook
Por allí se viene desde hace rato la noticia sobre la próxima aparición del “No me gusta” en Facebook. Finalmente la solicitud de algunos usuarios sobre la posibilidad de expresar otros sentimientos en una publicación más allá del “Me gusta” fue tomada en cuenta, pero quizá el resultado de estas peticiones, no es el que se esperaba.
Pues no es que se usará una manito con el dedo hacia abajo, sino que habrán más opciones de emojis como “Me encanta”, “me divierte”, “me alegra”, “me asombra”, “me entristece” o “me enfada”. La prueba piloto se ejecutó en algunos países de los que se espera obtener una métrica de aceptación, para luego tomar la decisión de darle disponibilidad al resto de mundo.