Parafraseando a Gusteau, el gran maestro cocinero de la película “Ratatouille”, la inspiración para iniciarse en el mundo del emprendimiento puede venir de cualquier parte. Y en el caso de Alejandro Molina, la concepción de la marca Hamkers -donde fusiona vestimenta, accesorios, calcolmanías y muralismo de estilo urbano pero con un mensaje fraterno y significativo- surgió como un “lucerito” dentro de su casa.
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“La idea de los Menores nació de mi hermanita (ahora de apenas dos años), que me llevó a vivir de cerca la responsabilidad de ser padre. Y como mi mamá teje (Heydrich Moreno es una reconocida experta venezolana en tejido de crochet/ganchillo) siempre que hace un gorrito, se lo pone a la bebé. Un día la dibujé y así vi la posibilidad de crear un concepto gráfico que podía llevar a distintas piezas: un niño que siente internamente y usa un gorrito que lo expresa al mundo”, cuenta su creador el creador.
De lo que fue el origen de una imagen para hacer un dibujo, derivaron varios productos como los gorritos y llaveros tejidos, además de próximamente zarcillos en masa flexible y franelas, para ofrecer todo un estilo para vestir y lucir bajo la marca Hamkers, que se ampliarán a otras líneas de producto con los Menores como protagonistas.
Para quienes no viven en Venezuela, valga la aclaratoria: en las zonas populares de las principales urbes del país, se usa la palabra “menor” para referirse a un niño –por aquello de ser menor de edad legal-. De ese contexto es donde viene esta alusión para los productos.
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Pero su diseñador lo concibió con sentido protector y no despectivo: el propósito es que quienes adquieran los productos sientan que llevan consigo a un niño, al que van a cuidar y amar como si fuera real. “La idea es que lo sientan como su hijo, como un niño de verdad al que llevan consigo”, asegura; y de ese modo, sensibilizar a las personas hacia ese segmento tan vulnerable de la población.
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La experiencia de comercialización más reciente de Hamkers tuvo lugar en la Feria de emprendedores de Pdvsa La Estancia en la capital venezolana. “Fue muy positiva, porque a la gente le encantó el concepto y los productos y se llevaron muchos, sobre todo llaveros”, comenta Alejandro, quien es veinteañero y TSU en Diseño Gráfico, pero prefiere que se le conozca más como ilustrador y, claro, muralista.
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Lleva más de 30 murales pintados, en Caracas (Distrito Capital), Valencia (Carabobo) y La Victoria (Aragua), además de Caraballeda en el estado Vargas, donde realizó varios trabajos a solicitud de la Gobernación. “He dejado varios Menores en distintos sitios, para que los cuiden. Próximamente estaré en Festival de Murales en La Vela de Coro, en Falcón, pero hay otras opciones para seguir llevándolos a nuevos hogares en todo el país”, afirma.
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El equipo de Hamkers lo conforman Heydrich Moreno (su mamá), la tejedora; María Alejandra Peña, la manualista que hace casi cualquier figura con masa flexible; Carlos Chirinos, quien junto a Alejandro –su primo- se encarga de la producción de franelas y Marcos Castellano, el fotógrafo oficial. “Es todo un emprendimiento familiar”, asevera con una sonrisa.
El creador de Hamkers afirma que la mayor parte de la comercialización a nivel nacional se ha hecho por redes sociales (Facebook e Instagram principalmente) y por eso presta especial atención a ellas. Es así como está justo ahora finalizando los artes para el fanpage y la cuenta en IG, pero entretanto pueden comunicarse con él a través del correo hamktrazos@gmail.com.
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Ante la pregunta de por qué decidió emprender en medio de una dificultosa situación económica como la que atraviesa su país en los últimos años, Alejandro Molina expresó que está convencido de que pronto será superada y los emprendedores serán quienes ayuden a “hacer florecer de nuevo a Venezuela”. Y ofreció algunos consejos para otros jóvenes como él que también tengan esa inquietud, además de hablarnos más sobre la marca Hamkers:
